Dr. Ronald Schwartz, el viaje de un médico

Dr. Ronald Schwartz nació y creció en Fall River, Massachusetts. Desde pequeño se sintió atraído por la ciencia de forma práctica, fascinado por su capacidad para explicar el mundo que le rodeaba. Sus padres trabajaban en las fábricas de Fall River y le inculcaron los valores de la perseverancia, el trabajo duro y la determinación, y le animaron a cursar estudios superiores. Se graduó en el instituto B.M.C Durfee y se convirtió en el primero de su familia en asistir a la universidad, la Brown University, y posteriormente fue aceptado en la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston, un logro que marcó el rumbo de su futuro.

Durante sus estudios de medicina, surgieron dificultades económicas y, deseoso de casarse con el amor de su vida, Carol Krasnow, optó por alistarse en la Marina de los Estados Unidos, que le proporcionó financiación para sus estudios de medicina. A continuación, realizó una residencia en medicina interna en el Hospital Naval de EE.UU., St. Albans en Queens, Nueva York, donde su dedicación y habilidad le valieron el puesto de Jefe de Residentes.

La guerra de Vietnam le llevó al Hospital Naval de Guam (Micronesia), donde atendió a heridos y enfermos de las fuerzas armadas estadounidenses del sudeste asiático. La experiencia reforzó su creencia de que la guerra acelera los conocimientos médicos, exigiendo una rápida adaptación a un gran volumen de pacientes, refinando las habilidades de priorización y perfeccionando las técnicas de gestión. Posteriormente fue trasladado al Hospital Naval de los EE.UU. en Chelsea, MA, y ascendido a Comandante y también a Jefe de Medicina.

El hogar nunca estuvo lejos de su corazón. La invitación de un médico local (el Dr. David Greer, que ejerció en la Clínica Truesdale, se convirtió en decano de la Facultad de Medicina de Brown y ganó el Premio Nobel de la Paz en 1985) le animó a volver a sus raíces y pasar la mayor parte de su carrera al servicio de la comunidad de Greater Fall River. El Dr. Schwartz sabía que tenía que aprovechar esta oportunidad y trajo su gran experiencia y conocimientos al lugar donde todo empezó.

A lo largo de los años, más allá de su práctica clínica como proveedor de atención primaria, también ha tenido el privilegio de formar a futuras generaciones de proveedores como profesor clínico adjunto en la Universidad Brown de Providence, Rhode Island.

El Dr. Schwartz anima a los estudiantes de medicina a cambiar de perspectiva: de buscar ansiosamente encontrar algo malo en un paciente a, con el tiempo, esperar no encontrar nada malo en absoluto. Les aconseja que no dejen que las presiones externas les agoten, recordándoles que la medicina, a pesar de sus retos, sigue siendo una de las profesiones más gratificantes. Como médicos, se convertirán en confidentes, sanadores y navegantes en la vida de sus pacientes, funciones que conllevan una inmensa responsabilidad, una profunda satisfacción y un papel fundamental en la sociedad.

Mirando hacia atrás, el Dr. Schwartz cree que especializarse en atención primaria le otorgó el privilegio de marcar una verdadera diferencia en la vida de sus pacientes cada día. Ya sea diagnosticando una enfermedad, proporcionando cuidados preventivos o simplemente escuchando, es consciente de que esta función va mucho más allá del tratamiento de afecciones médicas. A través de sus pacientes ha aprendido lecciones de resiliencia, compasión y el poder de la conexión humana. Estas experiencias no sólo han dado forma a su enfoque de la medicina, sino también a su visión de la vida.